En medio de una de las sequías más severas que ha vivido Nuevo León, México, una joven decidió no quedarse de brazos cruzados. Vita Gabriela Galindo, ingeniera en robótica originaria de Monterrey, desarrolló un prototipo capaz de generar hasta 20 litros de agua potable al día utilizando el principio de la condensación del aire. Su invento, construido en tan solo mes y medio con materiales caseros, podría representar una alternativa real para comunidades con acceso limitado a agua limpia.
El dispositivo capta la humedad del ambiente, la condensa en agua líquida y la filtra a través de un sistema que garantiza su potabilidad. Aunque la tecnología no es nueva en el mundo, lo que distingue este caso es la autonomía del proyecto, la rapidez con la que se desarrolló, y el compromiso social detrás de él: Vita creó este dispositivo pensando específicamente en beneficiar a zonas vulnerables del norte de México, donde la escasez hídrica se ha vuelto una crisis constante.
A pesar del enorme potencial de su invento, Vita no ha recibido aún apoyo de empresas privadas, ni ha podido iniciar una producción a gran escala. El dispositivo sigue en proceso de certificación, paso indispensable para validar que el agua cumple con todos los estándares sanitarios. Sin embargo, su creadora continúa buscando aliados, inversionistas y vías de colaboración para que su tecnología no se quede solo en una idea brillante, sino que se convierta en una solución tangible.
“El objetivo siempre ha sido ayudar”, declaró en entrevista. “Este tipo de máquinas pueden ser una esperanza en regiones desérticas o con dificultades para acceder al agua”. Su propuesta ha captado la atención de medios nacionales como La Jornada Maya, UnoTV, MVS Noticias y otros portales, que coinciden en que su historia representa un caso concreto de ingenio mexicano con impacto social.
Más allá de los litros de agua o los filtros, esta historia es también sobre determinación. En tiempos en los que los problemas parecen superar las soluciones, personas como Vita Gabriela Galindo demuestran que la innovación y el compromiso pueden surgir desde el corazón de la ciudadanía — con creatividad, con urgencia, y con propósito.