Mary McLeod Bethune nació en 1875 en una familia humilde del sur de Estados Unidos, hija de antiguos esclavos y la número 15 de 17 hermanos. Desde niña, su madre trabajaba lavando ropa para otras familias, y Mary tuvo su primer contacto con una biblioteca siendo apenas una niña.
En esa época, enfrentó la discriminación común: alguien le dijo que, por ser negra, no sabía leer. Esa frase no la detuvo, al contrario, la motivó a aprender con más fuerza.
Caminaba largas distancias para asistir a la escuela, y pronto se convirtió en una alumna destacada. Más adelante, se convirtió en maestra y comenzó a enseñar a otros, llevando la educación puerta por puerta en comunidades marginadas.
Mary fundó una escuela para niñas negras en Florida, que con el tiempo se convirtió en la universidad Bethune-Cookman, una institución que sigue formando estudiantes hasta hoy.
Además de educadora, fue una voz importante en la lucha por los derechos civiles y consejera de presidentes de Estados Unidos.
Se estima que su trabajo impactó directamente a miles de personas, no solo enseñándoles a leer, sino devolviéndoles la dignidad y la esperanza.
Murió en 1955, el mismo año en que comenzó un cambio histórico en la lucha por la igualdad racial con figuras como Rosa Parks.
La historia de Mary McLeod Bethune es un testimonio de cómo la educación puede transformar vidas y romper muros invisibles.
